A partir de este 3 de octubre y hasta el próximo 3 de diciembre, ATUEM vuelve a poner en marcha su proyecto Bufandas Solidarias que desde el comienzo de su desarrollo será la quinta edición de este evento del que estamos especialmente orgullosos.
Tras dos años paralizado a causa de la pandemia, volvemos a la carga.
Para esta quinta edición nos extenderemos un poquito en explicar de dónde y cómo surgió este proyecto.
En 2017 decidimos unir los beneficios para la motricidad fina que brinda la actividad del tejido con la solidaridad.
Ya se estaba hablando abiertamente de la pobreza energética, personas que a pesar de tener trabajo debían renunciar a conectar la calefacción. Evidentemente también pensábamos en los transeúntes, personas sin hogar en pleno invierno.
Como asociación de enfermos siempre somos los que recibimos la solidaridad y la comprensión del público. En este caso queríamos devolverlo de algún modo.
Así que ideamos el tejido de bufandas, que en esencia es un rectángulo de lana largo, para que fuese menos complicado para las personas menos expertas o que tuviesen mayor dificultad en movimientos.
La idea era colocar las bufandas en parques públicos con la etiqueta «No Estoy Pérdida. Si Tienes Frío, Úsame», de este modo las personas que pudiesen necesitarlo podrían tener acceso a una prenda que podría darles calor que al mismo tiempo su confección nos aportaba beneficios.
Además a estos beneficios se unía el componente de socialización que implicaba algo así.
Las personas participantes en este proyecto hablaban, se comunicaban y comentaban con otras que ya estaban participando o bien lo comentaban con otras que podían estar interesadas.
Esto también benefició el hecho de salir, hablar con otros, aumentar los círculos diarios en los que nos movemos.
En principio contábamos con que nuestros asociados y algún familiar participasen, de modo que tendríamos unas cuantas bufandas para repartir en diferentes parques de las poblaciones más grandes de la provincia de Teruel.
Publicamos nuestra iniciativa en redes sociales y ahí comenzó un boca a boca que se hizo cada vez más grande.
Empezamos a recibir solicitudes de gente para participar de diferentes lugares de España, y asociaciones de todo tipo se nos unieron. Cuando hicimos la recogida del material nos encontramos con más de 200 bufandas.
Por suerte, la provincia de Teruel no es un lugar en el que haya gran cantidad de personas sin hogar por las calles, de modo que se nos planteó el hecho de que hacer con tal cantidad de bufandas.
En aquel momento estaba la crisis humanitaria de la guerra de Siria con miles de refugiados en campos de Grecia, de modo que nos pusimos en contacto con una asociación de ayuda humanitaria que trabajaba en la zona y enviamos allí todas las bufandas que nos sobraban de el acto de colocarlas en los árboles de los parques.
Al año siguiente volvimos a repetir y recogimos más de 300 volviendo a realizar lo mismo, siendo que cada año aumentaba la cantidad de material que enviamos.
Pero el año 2020 nos trajo pandemia de coronavirus y entonces todos estos grupos animados de tejido, en los que se aprovechaba para socializar, en los que se iba por las casas preguntando, recogiendo, aprendiendo nuevas técnicas de tejido… Se tuvieron que anular.
Ahora dos años después volvemos a la carga.
Por desgracia tenemos conflictos en la propia Europa. Y hemos decidido utilizar este año la solidaridad de todos para enviar nuestra pequeña gota al océano en algún campo de refugiados, o lugares de acogida habilitados por la guerra de Ucrania, esperando que haya personas que puedan beneficiarse de recibir una prenda cálida, hecha a mano con todo el cariño del mundo, en la que aparte de poder beneficiarnos del movimiento realizado para su confección, cada puntada la realizas pensando en que alguien que tiene frío y que se ha quedado sin nada va a poder beneficiarse de tu trabajo.
Esperemos que vuelva el éxito.
Recibimos solidaridad y queremos también repartir parte de esta.